RAQUEL COUSO CANO
La visita al Cardenal Mendoza ha sido increíble. Me ha encantado
ver otro centro educativo en pleno funcionamiento, en su día a día. Esto lo
digo porque cuando llevamos un tiempo en un mismo centro caemos en una especie
de rutina con nuestros alumnos, compañeros y nuestro modo de desarrollar
nuestra actividad docente. En parte, perdemos esas expectativas e ilusiones con
las que comenzamos en un nuevo centro y que de repente recibas visita de unos
compañeros y te digan: "¡Me encanta esto!, ¡Vaya murales!, me gusta mucho
esta actividad, esto lo voy a hacer yo también en mi clase y además ya sé con
qué grupo,¿por qué haces esto así y no de otra manera?..." Estas palabras
no solo reconfortan, sino que también te dan un impulso nuevo para seguir y
avanzar sin estancarte.
Dicho todo esto, me voy a centrar en la visita. Nada más llegar
nos recibió Luisa y nos llevó a la sala de maestros en la que ya estaban
nuestros compañeros de Burgos. Allí charlamos y nos saludamos. A partir de ahí
ya comenzó la visita por todo el centro. Luisa nos enseñó absolutamente todo y
nos fue contando y dando explicaciones sobre cómo organizaban los distintos
espacios que tienen y cuales son sus proyectos ( que poco a poco van tomando
forma como la biblioteca) y planes para el colegio.
A continuación asistimos a una sesión de Naturkunde con un grupo
de 5º. Fue maravilloso ver cómo los niños seguían la lección y contestaban en
alemán. Después vimos a un grupo de 6º y más de lo mismo. Muy participativos
todos ellos. Y así se pasó la primera mitad de la mañana. Todas las clases
comienzan con una misma rutina, dicen y escriben la fecha y después preguntan
por el tiempo. A continuación hacen un repaso de lo visto hasta el momento y
luego siguen con algo nuevo. En el recreo repusimos energías y charlamos un
poco sobre todo lo que vimos e intercambiamos opiniones. Una vez finalizado el
descanso acudimos a una sesión de Kunst y pudimos ver un poco qué trabajos
hacen y cómo los llevan a cabo. Finalizamos la mañana con un grupo de 3º y me
chifló oírles chapurrear palabras muy complejas en alemán. Es decir, pronunciar
palabras muy específicas del tema de naturaleza que estaban impartiendo.
Ha sido muy interesante ver como se puede trabajar con grupos
menos numerosos. Tienen más opciones de participar, de expresarse y de
practicar el idioma. Pero lo que más destacaría, lo que más me impresionó fue
la gran motivación que tenían los niños. Las ganas, la energía que desprendían
y el interés que mostraron por el alemán.
Una vez finalizada la mañana nos fuimos a comer todos juntos. El
Equipo Directivo del Cardenal Mendoza, los compañeros de Burgos y nosotras de
León. El poder compartir una comida en un ambiente relajado y comentar
sensaciones y poder comparar las diferentes opiniones es casi tanto o más enriquecedor
que la propia observación en sí.
También hicimos una visita exprés por el centro de la ciudad y
desde luego, hay que volver.
Gracias por todas las atenciones y por vuestro recibimiento
compis vallisoletanas. Ha sido un placer visitaros y veros trabajar con tantas
ganas.
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